Translate

Seguidores

lunes, 10 de septiembre de 2012

Memoria.

Cuantas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un año de nuestras vidas, borrarlo todo y dejar nuestra memoria totalmente limpia y en blanco. Cuantas veces deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un efímero y eterno adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos a la frase 'comenzar de nuevo' ¿cuántas cosas perderíamos? Serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan con el tiempo. Perderíamos el calor del primer beso, del primer amor, del primer sobresaliente, de la primera amistad que creció contigo, la sensación de aquel amanecer perfecto, la nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez, quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos pero se quedaron en 'por el momento', las cartas que nos hicieron llorar,los abrazos más cálidos, el sufrimiento más doloroso pero a la vez hermoso, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una nueva vida o estamos matando otra llena de bellos pero a la vez amargos recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades que desperdiciamos constantemente por soñar con un futuro perfecto que puede que no exista nunca, por soñar con ese pedacito de sueños que de momento son sólo eso, sueños, por soñar con una vida ideal. Y mi pregunta es: ¿Vale realmente perder la memoria? Creo que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario